Una vez en mi
vida, necesite tener un hijo, porque si no, estaba en juego mi integridad física
o sea el temor de ser molida a golpes, fue
la primera experiencia, quien me hizo mujer y madre, el amor a primera vista, mis
primeros errores y quizás los más grandes
que podre cometer el resto de mi
vida.
Después, desee
con toda mi alma tener una hija, prometí cuidarla y amarla si dios me lo concedía,
ella llegó en silencio, sin lastimar a su madre, pequeñita, pero con una
fortaleza tan grande que todavía me sorprende, siempre está ahí a mi lado, aun
en la distancia o el tiempo.
Luego el amor
se hizo presente en mi vida y llegaste tú, por eso eres el Oscar en mi vida, mi
triunfo sobre la maldad de un hombre que constantemente me humillaba, vida
encima de eso, a todo lo alto, un Oscar,
sabía que lograrías grandes cosas, siempre ordenado, respetuoso y trabajador
desde pequeño, seguiste el camino que elegiste pero nunca olvidas a tu madre en
cada decisión de tu vida.
Por último, llego
a mi vientre, la decisión, el desafío, la resignación, de saber cuánto sufriría
si decidía tenerlo y lo acepte, con
mi corazón y mi mente ya preparada para
todo lo que me esperaba, sé que esa decisión los hizo sufrir a todos junto
conmigo, desvelos, necesidades y privaciones, pero nos unifico como una familia, y aprendimos a cuidarlo y amarlo desde el primer momento.
He luchado
mucho a mi manera para poder ser una buena madre quizás no lo he logrado pero lo más hermoso que tengo
en esta vida son ustedes, mis hijos y los amo mucho a pesar de todo y encima de
todos, he llorado en silencio por muchas razones, pero las lagrimas que he
derramado por ustedes han limpiado mi alma y aun me llenan de fuerza para
seguir adelante, quisiera poder tener poder en mis manos y protegerlos siempre, pero como sé que no sería
posible, me esfuerzo en servirle a Dios, para que Él lo haga.
Los amo
Mamá.