Toda la tranquilidad se fue con la llegada de
esta familia, comenzó algo que era mas bien como una pesadilla, a quien mas
afecto fue a mi vecino Daniel, déjenme les cuento,,,
-¿Quién eres?, ¿Qué quieres?, -
-¿usted vende “la mercancía”?
-¿Quién te mando?
- El “bolas”, - me dijo que tiene de la
buena-
-¿Cuánta quieres?
- un kilometro, nomas pa llegar, ¿se puede?
-¿traes efectivo?
-¡claro!, fue lo primero que me dijo “el
bolas”
-ok, espérame tantito,- el Garrobo, dejando
la puerta entreabierta, se perdió en la oscuridad de su casa y el dueño del
carro brilloso, espero impaciente, pero en ese momento seguro que sintió que
“algo” no estaba bien, giro sobre sus talones y miro la silueta de mi vecino
Daniel, atrás de la puerta, no pudo
hacer nada porque un ruido lo hizo voltear hacia donde saldría su “mercancía”,
-¡aquí esta!, dame el dinero – sin mas
extendió un paquete que el desconocido de carro brillante agarro de un
manotazo-
-¡dámelo!, ten aquí esta tu dinero, yo me
largo porque nos están “zorreando".
-¿Quién?, ¿en donde?, - inquieto miraba a
todos lados, menos enfrente de ellos.
-no levantes polvo “carnal”, esta justo
frente a tus narices,
-¡Ah!, ¡mi vecino de enfrente!
-pues tu sabrás, pero yo me “pinto de
colores”, antes de que se pongan mas “pájaros en el alambre”, ¡ahí te vez!- sin
mas giro, abrió la puerta del carro brilloso, se metió y se fue.
Mi pobre vecino Daniel, nunca supo a que
horas, tremendo golpe con una piedra le quebró el cristal de su puerta.
Días después, era ya entrada la tarde, pero
aun no oscurecía del todo, cuando
Daniel, sale de su casa por la parte de atrás, lo vi, pensé que iría a cenar
tacos, porque tomo el mismo rumbo de todos los días a la misma hora, desde mi casa lo observaba
cuando llegaba a un lugar cercano, solo tenia que atravesar un lote baldío, la
carretera y listo, a comer, pero ese dia seria diferente, casi en medio del lote baldío, de una zanja
salieron dos sujetos que lo agarraron, le quitaron su reloj, su celular y el
dinero, después le dieron unos golpes y se fueron dejando a Daniel tirado por
un rato, se levanto y poniendo sus manos sobre su estomago (no se si por hambre
o por los golpes), regreso a su casa y ya no salió.
A otro dia, estaba yo esperando “a ver
que pasaba”, pero nada, nada y nada, hasta
me estaba aburriendo, de pronto de nuevo
en la noche me despierta un ruido extraño, era un carro mas grande que el
brilloso de la otra noche, se bajaron dos tipos de mala cara, tocaron a la
puerta del Garrobo y le gritaban
-¡Garrobo!, ya llegamos, ¡abre la puerta!
-¿Qué pasa?, ¿Qué gritos traen?, ¡cállense o van a despertar a
los vecinos! – en ese momento me acorde
de Daniel y mire hacia la puerta de su casa, ¡ahí estaba de nuevo la regordeta
figura de mi vecino!
-¿Dónde esta?
-¡lo tengo adentro de mi casa amarrado! –
contesto el Garrobo.
-¡vamos por él!- y sin esperar la respuesta
se metieron los tres hombres, mientras mi vecino Daniel, al igual que yo no nos
perdíamos detalle, luego aparecieron de
nuevo, pero ya no eran tres, sino cuatro, uno de ellos llevaba las manos atadas
por atrás,
-¿Dónde esta el dinero? –
- ¡de verdad, créanme!, ¡no lo sé! – decía
suplicante el hombre que estaba atado. – sin decir mas, le dieron tremendo
golpe en la cabeza, el pobre muchacho cayo retorciéndose de dolor, eso no les
conmovió, por el contrario, comenzaron a patearlo en todo el cuerpo, uno de
ellos le pegaba en la cabeza con el tubo hasta que por fin ya no se movía ni se
quejaba, voltee y mire a Daniel que estaba pegado en la pared, casi pude ver
que sudaba, yo estaba quietecito ni siquiera los pequeños insectos que
comenzaron a subirse en mi me hicieron que me moviera, hubiera querido correr
al lado de Daniel y sostenerlo para que no fuera a caer y se delatara, pero eso
no era posible.
-¡pónganlo en la cajuela!- les ordeno el
Garrobo-
-¿esta muerto?- Pregunto uno de ellos-
-¡no lo se!, pero si no lo esta pronto lo
estará – contesto el mi vecino el Garrobo-
Entre dos de ellos lo agarraron y lo
aventaron a la cajuela para después cerrarla de un golpe, sin decir nada se
subieron al carro y se fueron, fue entonces que mi vecino el Garrobo fijo su
vista en la casa de enfrente, Daniel aun se encontraba ahí, pegado a la pared y
sin moverse nada, luego el Garrobo, cruzo la
calle y se paro frente a la puerta, acerco su fea cara al vitral y por
suerte no alcanzo a ver a Daniel, que increíblemente hasta la panza había
escondido, el Garrobo se fue hacia su casa y desapareció atrás de su puerta, en
ese momento mire como Daniel, poco a poco se deslizaba hasta caer en el frio
piso de loseta, realmente quería ir hacia donde estaba tirado con la vista
llorosa, pero no podía hacerlo, después de un rato, sin levantarse del todo, se
fue hacia su recamara en el interior de
la casa, ya no lo alcance a ver, por la mañana del siguiente dia, Daniel salió
a lavar su ropa al patio, ese era el momento que estaba esperando, porque se
ponía a platicar conmigo mientras lavaba.
-¡hola!, ¿sabes?, casi ni he dormido, ¡déjame
que te cuente! En la madrugada…. – por casi dos horas Daniel una y otra vez me contaba lo sucedido, ni como
decirle que yo también había visto todo, pero lo escuche atentamente, mientras
le hacia un poco de aire para que no sudara tanto.
-¡bueno ya termine!, lave y platique contigo,
ya me voy a trabajar y de ahí a la escuela, nos vemos en la noche. – dio vuelta
y se fue-.
Los días se me hacen muy largos y tediosos,
toda mi familia tiene algo que hacer, mamá trabaja en los quehaceres de la
casa, papá se va a trabajar, mis hermanos están siempre indiferentes a todo lo
que pasa, ya quisiera estar lo suficientemente grande para que me tomen en
cuenta, pero mientras solo me queda esperar y divertirme con las ocurrencias de
mi vecino Daniel.
-¡hola!, ¡vecino!, ya regrese – alegremente
me llamaba Daniel, al mismo tiempo que se recostaba en la hamaca, yo
inmediatamente agitaba unas ramas para echarle aire, eso le gustaba mucho y
comenzaba a hablar conmigo.
-¿sabe vecino?, me siento muy solo, si no
fuera por usted que siempre me escucha no se que haría, - tristemente Daniel se
llevaba su dedo pulgar a la boca y suavemente lo chupaba como un bebe- me vine
a vivir a esta casa porque mi madre me corrió, ¿y sabe porque?, porque se entero
que soy gay, ¿Qué culpa tengo yo?, mi madre quiere mas a mi hermano, me dijo
que ya no quería saber nada de mi, también tengo una hermana, ella va a
titularse de abogada, pero ella si me quiere, no le importa mis preferencias
sexuales, mi padre es un sinvergüenza, tiene un montón de hijos regados con
diferentes mujeres pero eso parece no afectarle a nadie, ¡bueno! Aunque mi
padre fue el que menos se afecto con la noticia, me ayudo con mis cosas
personales y me trajo a esta casa que es de mi tío. – de pronto se quedo en
silencio, estaba profundamente dormido, segui a su lado agitando las ramas
y cuidando su sueño, me daba pena no
poder ayudarle con nada, mi situación no me lo permitía, así pasaron los días,
una y otra vez lo asaltaban, le quitaron un celular, dinero, se metieron a la
casa y le robaron mucha herramienta que era de su padre, pero las dos ultimas
experiencias fueron de verdad decisivas en la vida de Daniel, hacia poco se
encontró a un joven con el que inicio una relación amorosa, por fin estaba acompañado
y feliz, pero poco le duro esa felicidad, cierta noche, mire dos sujetos que se
brincaban hacia su patio, llevaban una barra en las manos, como pude hice ruido
en la ventana del cuarto de Daniel para que se despertara, afortunadamente me
escucho, sigilosamente agarro un garrote y salió por la puerta delantera,
prendió una lámpara al mismo tiempo que les gritaba -¡que están haciendo!,
¡lárguense de aquí!, ellos al verse sorprendidos, corrieron por donde se habían
metido y trataron de irse, pero Daniel, llego y golpeo a uno de ellos, el otro
se regreso y entre los dos le quitaron el palo de las manos para después
pegarle e irse por los techos de las casas de atrás, todo se quedo en silencio,
la barda de mi casa era tan grande que aunque lo hubiera intentado jamás la
brincaría, solo me quedaba mirar lo que estaba pasando, Antonio, su pareja de
Daniel, llego corriendo, todo había pasado tan rápido que solo le toco levantar
a Daniel y llevarlo hacia la casa, duraron varios días en que Daniel, no salía
ni a lavar, Antonio lo hacia todo, pero como nadie nos había presentado, no me
hablaba, ni siquiera volteaba a verme, hasta que una mañana como si nada pasara
Daniel salió de la casa a lavar.
-¡hola vecino!, ¿Cómo esta?, ¿supo lo que me
paso?, estuve enfermo unos días, pero ya estoy bien, sabe, ando de prisa porque voy a ir a comprarme un carro,
durante varios años he juntado mi dinerito y ya tengo lo suficiente, nos vemos
en la tarde bye,- y como de costumbre dio vuelta y se fue, por la noche estaba
dormitando, cuando unos gritos desaforados me despertaron-
-¡vecinos!, ¡vecinos!, ¡ayúdenme! ¡ayúdenme!,
-papá y mamá salieron corriendo, yo miraba sobre la barda muy atentamente-
-¿Qué pasa Daniel?, ¿Qué pasa?- pregunto
papá-
-¡cálmate Daniel! ¡cálmate! – repetía una y
otra vez mamá.
-¡me robaron! ¡oup,oup,oup!, - gimoteaba Daniel
-Expliquese Daniel, ¿que paso? – pregunto de
nuevo papá-
-¡compre ¡sob! ¡sob!, compre mi carro!, y…y…
y llegue por dinero para ¡sob!, ¡sob!, ir a poner una recarga a mi teléfono, ¡sob!!sob!,
y cuando abri el carro, ¡aaaajjjaaaaa! ¡sob! ¡sob!, me pusieron una pistola en
la cabeza y me lo quitaron ¡aaahhhh! ¿Qué voy a hacer? ¡aaaahhhh!, ¿Qué voy a
hacer?
-¡mira Daniel, primero ¡cálmate!, deja de
llorar y llama a la policía, repórtalo y
dale gracias a Dios que no te ha pasado nada, - mamá trataba de consolarlo-
Aunque la policía llego, no se recupero el
carro, el pobre de Daniel sin saber ¿Qué hacer? Pensó en tomar su ropa e irse
de la casa, cuando de pronto vi como se cruzaba la calle mi vecino el Garrobo,
sin tocar se metia hasta la recamara de Daniel y decía…
-¡hola!, ¡listo para irse Danielito!
-¡oiga!, ¿Qué hace en mi casa? ¡salgase!
-¡esperese!, escúcheme Danielito ¿quiere seguir
viviendo aquí sin que nada malo le pase?
-¿Cómo dice? – extrañado Daniel, miraba al
Garrobo parado junto a la puerta en actitud retadora-
-¿estas sordo?, ¿Qué si quieres seguir aquí,
en esta casita, sin que nada malo te pase? Tu solo dime ¿quieres?
-¿Qué tengo que hacer? – pregunto Daniel un
poco asustado-
-¡sencillo!, cierra los ojos, la bocota que
tienes y tapa tu puerta. –dijo el Garrobo-
-¿o sea que ha sido usted…?-con su mano
apuntaba hacia el pecho del Garrobo-
-¡sereno moreno!, fuiste tu por mirón, ¿acaso
no te basta con ser un maricón, ¿tienes que estar viendo lo que no te importa?,
dime ¿Qué viste cuando metimos a la cajuela al bato rejego?
-¡nada!, ¡le aseguro que no vi nada!,
-¿nada, ¿seguro?, ¿y antes de eso?... ¿has
visto algo?
-¡no!, ¡nunca he visto nada!, ¡se lo juro!,
¡nada!
-¡bueno! Te voy a creer ¡eh!, pero cuidadito
con abrir la bocota, porque te mueres ok. – y tal como llego sin invitación, se
fue.
Daniel, se dejo caer en la cama, tenia miedo
de quedarse y también de irse, salió hacia el patio y como de costumbre empezó
a platicar conmigo.
-¿te diste cuenta?, es mi vecino el culpable
de todo, ¡no se que hacer!, me quedare unos días para pensarlo bien.
Yo no quería que Daniel se fuera, era el
único que platicaba conmigo, papá y mamá solo se preocupaban en atenderme, en
ocasiones ni siquiera me sentía parte de la familia, Daniel era mi amigo y
tenia que hacer algo para ayudarle, espere dia y noche, dia y noche, tenia que
ser una ocasión muy especial, un momento adecuado, y… ese dia llego.
Al filo de la medianoche, el Garrobo, salió
en bata de dormir, cruzo la calle y empezó
a mirar por entre los vitrales de la puerta de Daniel, como que quería
estar seguro de que Daniel, no se encontraba fisgoneando, estaba absorto en su
búsqueda que poco a poco se acerco hasta donde yo me encontraba, entonces recordé lo que había pasado
la noche anterior, mis hermanos habían accedido
a escuchar mi petición de hablar en el consejo de ancianos, a media noche muy sigilosamente llegue, todos me miraron con
curiosidad, no era común que uno de mi edad hiciera esa petición…
-¿Qué es lo que deseas decir?, - pregunto el
mas anciano.
- ¡necesito ayudar a un amigo!, - contesto-
-¿y? ¿Por qué nos dices eso? Si quieres
hacerlo, hazlo, no necesitas nuestro permiso.
-pero ¡es que no se como hacerlo!, por favor escúchenme.
-¡esta bien, te escuchamos, pero recuerda que
tenemos que terminar con esto antes de que el gallo cante anunciando el nuevo
dia.
-se trata de mi amigo Daniel… - breve, pero
sin perder ningún detalle importante les expuse el problema de mi amigo y vecino, al terminar
los ancianos se miraban un poco preocupados.
-sal del circulo, y espera un poco,- sin decir
palabra lentamente me aleje un poco, los minutos se hicieron eternos pero al
fin me llamaron.
-¡ven, acércate!- regrese sobre mis pasos y me
coloque de nuevo en medio del
circulo.
- tienes que servir de instrumento para
terminar con esa vida.
-¿qué?,¿Cómo? ¿de que?
- hemos hablado con el dador de vidas y se
nos ha concedido el permiso para llevar esa criatura a otro nivel, tu serás el
encargado de hacerlo, esperaras pacientemente a que el dador de vidas te lo
entregue y entonces lo harás, ahora ¡vete!, el gallo ha cantado.
…Ahora, Garrobo, se encontraba justamente
cerca de mi, era el momento que estaba
esperando, seguramente que el dador de vidas estaba entregándomelo, lentamente moví
una rama, obligando a Garrobo, a caminar un poco mas, después sin pensarlo
dos veces clave otra de mis ramas en el pecho de Garrobo, reclamando su
alma para el dador de vidas, había salvado a mi amigo Daniel de la maldad de
Garrobo, nadie podría culparme de salvar a mi amigo, nadie me haría nada,
porque solo soy un árbol.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD, ES PURA COINCIDENCIA, PERO RECUERDEN QUE EL "VALIENTE" VIVE HASTA QUE EL "COBARDE" QUIERE JA JA JA JA JA