jueves, 21 de julio de 2011

DANIEL Y EL GARROBO


En este lugar naci, entre esta barda que poco a poco se fue haciendo  mas y mas chiquita conforme yo crecía, solo mi familia y yo vivíamos en este barrio, luego llegaron unos vecinos, justo al lado de la barda empezaron a hacer una casa muy bonita, cuando la terminaron vino a vivir un joven que escuche que se llamaba Daniel, días después  frente a la  casa de Daniel llegó una familia, eran dos pequeños niños, la señora y el señor, hasta hoy no se como se llamaban los niños, la señora se llamaba Silvia y el señor siempre le decían Garrobo, no se porque.
Toda la tranquilidad se fue con la llegada de esta familia, comenzó algo que era mas bien como una pesadilla, a quien mas afecto fue a mi vecino Daniel, déjenme les cuento,,,
Eran aproximadamente las tres de la madrugada, lo sé, porque el gallo comienza sus cantos a esa hora, cuando de pronto un carro se detuvo frente a la casa de Garrobo, era un auto de esos que se ven brillantes aun en la oscuridad, yo puse mucha atención, vi que antes que se abriera la puerta de  la casa del Garrobo, mi vecino Daniel, ya estaba observando por atrás de la puerta, trataba de esconderse, pero creo que su enorme panza no se lo permitía, casi me pierdo de los acontecimientos porque de pronto sentí que algo caliente y húmedo resbalaba sobre mi cuerpo, sin duda era uno de esos pájaros, me sacudí un poco y mire nuevamente, la puerta se abrió estrepitosamente, aun acomodándose la bata de dormir, el Garrobo  pregunto…
 -¿Quién eres?, ¿Qué  quieres?, -
-¿usted vende “la  mercancía”?
-¿Quién te mando?
- El “bolas”, - me dijo que tiene de la buena-
-¿Cuánta quieres?
- un kilometro, nomas pa llegar, ¿se puede?
-¿traes efectivo?
-¡claro!, fue lo primero que me dijo “el bolas”
-ok, espérame tantito,- el Garrobo, dejando la puerta entreabierta, se perdió en la oscuridad de su casa y el dueño del carro brilloso, espero impaciente, pero en ese momento seguro que sintió que “algo” no estaba bien, giro sobre sus talones y miro la silueta de mi vecino Daniel,  atrás de la puerta, no pudo hacer nada porque un ruido lo hizo voltear hacia donde saldría su “mercancía”,
-¡aquí esta!, dame el dinero – sin mas extendió un paquete que el desconocido de carro brillante agarro de un manotazo-
-¡dámelo!, ten aquí esta tu dinero, yo me largo porque nos están “zorreando".
-¿Quién?, ¿en donde?, - inquieto miraba a todos lados, menos enfrente de ellos.
-no levantes polvo “carnal”, esta justo frente a tus narices,
-¡Ah!, ¡mi vecino de enfrente!
-pues tu sabrás, pero yo me “pinto de colores”, antes de que se pongan mas “pájaros en el alambre”, ¡ahí te vez!- sin mas giro, abrió la puerta del carro brilloso, se metió y se fue.
Mi pobre vecino Daniel, nunca supo a que horas, tremendo golpe con una piedra le quebró el cristal de su puerta.
Días después, era ya entrada la tarde, pero aun no oscurecía del todo,  cuando Daniel, sale de su casa por la parte de atrás, lo vi, pensé que iría a cenar tacos, porque tomo el mismo rumbo de todos los días  a la misma hora, desde mi casa lo observaba cuando llegaba a un lugar cercano, solo tenia que atravesar un lote baldío, la carretera y listo, a comer, pero ese dia seria diferente, casi  en medio del lote baldío, de una zanja salieron dos sujetos que lo agarraron, le quitaron su reloj, su celular y el dinero, después le dieron unos golpes y se fueron dejando a Daniel tirado por un rato, se levanto y poniendo sus manos sobre su estomago (no se si por hambre o por los golpes), regreso a su casa y ya no salió.
A otro dia, estaba yo esperando “a ver que  pasaba”, pero nada, nada y nada, hasta me estaba aburriendo,  de pronto de nuevo en la noche me despierta un ruido extraño, era un carro mas grande que el brilloso de la otra noche, se bajaron dos tipos de mala cara, tocaron a la puerta del Garrobo y le gritaban
-¡Garrobo!, ya llegamos, ¡abre la puerta!
-¿Qué pasa?, ¿Qué  gritos traen?, ¡cállense o van a despertar a los vecinos! – en ese  momento me acorde de Daniel y mire hacia la puerta de su casa, ¡ahí estaba de nuevo la regordeta figura de mi vecino!
-¿Dónde esta?
-¡lo tengo adentro de mi casa amarrado! – contesto el Garrobo.
-¡vamos por él!- y sin esperar la respuesta se metieron los tres hombres, mientras mi vecino Daniel, al igual que yo no nos perdíamos  detalle, luego aparecieron de nuevo, pero ya no eran tres, sino cuatro, uno de ellos llevaba las manos atadas por atrás,
-¿Dónde esta el dinero? –
- ¡de verdad, créanme!, ¡no lo sé! – decía suplicante el hombre que estaba atado. – sin decir mas, le dieron tremendo golpe en la cabeza, el pobre muchacho cayo retorciéndose de dolor, eso no les conmovió, por el contrario, comenzaron a patearlo en todo el cuerpo, uno de ellos le pegaba en la cabeza con el tubo hasta que por fin ya no se movía ni se quejaba, voltee y mire a Daniel que estaba pegado en la pared, casi pude ver que sudaba, yo estaba quietecito ni siquiera los pequeños insectos que comenzaron a subirse en mi me hicieron que me moviera, hubiera querido correr al lado de Daniel y sostenerlo para que no fuera a caer y se delatara, pero eso no era posible.
-¡pónganlo en la cajuela!- les ordeno el Garrobo-
-¿esta muerto?- Pregunto uno de ellos-
-¡no lo se!, pero si no lo esta pronto lo estará – contesto el mi vecino el Garrobo-
Entre dos de ellos lo agarraron y lo aventaron a la cajuela para después cerrarla de un golpe, sin decir nada se subieron al carro y se fueron, fue entonces que mi vecino el Garrobo fijo su vista en la casa de enfrente, Daniel aun se encontraba ahí, pegado a la pared y sin moverse nada, luego el Garrobo, cruzo la  calle y se paro frente a la puerta, acerco su fea cara al vitral y por suerte no alcanzo a ver a Daniel, que increíblemente hasta la panza había escondido, el Garrobo se fue hacia su casa y desapareció atrás de su puerta, en ese momento mire como Daniel, poco a poco se deslizaba hasta caer en el frio piso de loseta, realmente quería ir hacia donde estaba tirado con la vista llorosa, pero no podía hacerlo, después de un rato, sin levantarse del todo, se fue hacia su  recamara en el interior de la casa, ya no lo alcance a ver, por la mañana del siguiente dia, Daniel salió a lavar su ropa al patio, ese era el momento que estaba esperando, porque se ponía a platicar conmigo mientras lavaba.
-¡hola!, ¿sabes?, casi ni he dormido, ¡déjame que te cuente! En la madrugada…. – por casi dos horas Daniel una  y otra vez me contaba lo sucedido, ni como decirle que yo también había visto todo, pero lo escuche atentamente, mientras le hacia un poco de aire para que no sudara tanto.
-¡bueno ya termine!, lave y platique contigo, ya me voy a trabajar y de ahí a la escuela, nos vemos en la noche. – dio vuelta y se fue-.
Los días se me hacen muy largos y tediosos, toda mi familia tiene algo que hacer, mamá trabaja en los quehaceres de la casa, papá se va a trabajar, mis hermanos están siempre indiferentes a todo lo que pasa, ya quisiera estar lo suficientemente grande para que me tomen en cuenta, pero mientras solo me queda esperar y divertirme con las ocurrencias de mi vecino Daniel.
-¡hola!, ¡vecino!, ya regrese – alegremente me llamaba Daniel, al mismo tiempo que se recostaba en la hamaca, yo inmediatamente agitaba unas ramas para echarle aire, eso le gustaba mucho y comenzaba a hablar conmigo.
-¿sabe vecino?, me siento muy solo, si no fuera por usted que siempre me escucha no se que haría, - tristemente Daniel se llevaba su dedo pulgar a la boca y suavemente lo chupaba como un bebe- me vine a vivir a esta casa porque mi madre me corrió, ¿y sabe porque?, porque se entero que soy gay, ¿Qué culpa tengo yo?, mi madre quiere mas a mi hermano, me dijo que ya no quería saber nada de mi, también tengo una hermana, ella va a titularse de abogada, pero ella si me quiere, no le importa mis preferencias sexuales, mi padre es un sinvergüenza, tiene un montón de hijos regados con diferentes mujeres pero eso parece no afectarle a nadie, ¡bueno! Aunque mi padre fue el que menos se afecto con la noticia, me ayudo con mis cosas personales y me trajo a esta casa que es de mi tío. – de pronto se quedo en silencio, estaba profundamente dormido, segui a su lado agitando las ramas y  cuidando su sueño, me daba pena no poder ayudarle con nada, mi situación no me lo permitía, así pasaron los días, una y otra vez lo asaltaban, le quitaron un celular, dinero, se metieron a la casa y le robaron mucha herramienta que era de su padre, pero las dos ultimas experiencias fueron de verdad decisivas en la vida de Daniel, hacia poco se encontró a un joven con el que inicio una relación amorosa, por fin estaba acompañado y feliz, pero poco le duro esa felicidad, cierta noche, mire dos sujetos que se brincaban hacia su patio, llevaban una barra en las manos, como pude hice ruido en la ventana del cuarto de Daniel para que se despertara, afortunadamente me escucho, sigilosamente agarro un garrote y salió por la puerta delantera, prendió una lámpara al mismo tiempo que les gritaba -¡que están haciendo!, ¡lárguense de aquí!, ellos al verse sorprendidos, corrieron por donde se habían metido y trataron de irse, pero Daniel, llego y golpeo a uno de ellos, el otro se regreso y entre los dos le quitaron el palo de las manos para después pegarle e irse por los techos de las casas de atrás, todo se quedo en silencio, la barda de mi casa era tan grande que aunque lo hubiera intentado jamás la brincaría, solo me quedaba mirar lo que estaba pasando, Antonio, su pareja de Daniel, llego corriendo, todo había pasado tan rápido que solo le toco levantar a Daniel y llevarlo hacia la casa, duraron varios días en que Daniel, no salía ni a lavar, Antonio lo hacia todo, pero como nadie nos había presentado, no me hablaba, ni siquiera volteaba a verme, hasta que una mañana como si nada pasara Daniel salió de la casa a lavar.
-¡hola vecino!, ¿Cómo esta?, ¿supo lo que me paso?, estuve enfermo unos días, pero ya estoy bien, sabe, ando de  prisa porque voy a ir a comprarme un carro, durante varios años he juntado mi dinerito y ya tengo lo suficiente, nos vemos en la tarde bye,- y como de costumbre dio vuelta y se fue, por la noche estaba dormitando, cuando unos gritos desaforados me despertaron-
-¡vecinos!, ¡vecinos!, ¡ayúdenme! ¡ayúdenme!, -papá y mamá salieron corriendo, yo miraba sobre la barda muy atentamente-
-¿Qué pasa Daniel?, ¿Qué pasa?- pregunto papá-
-¡cálmate Daniel! ¡cálmate! – repetía una y otra vez mamá.
-¡me robaron! ¡oup,oup,oup!, - gimoteaba Daniel
-Expliquese Daniel, ¿que paso? – pregunto de nuevo papá-
-¡compre ¡sob! ¡sob!, compre mi carro!, y…y… y llegue por dinero para ¡sob!, ¡sob!, ir a poner una recarga a mi teléfono, ¡sob!!sob!, y cuando abri el carro, ¡aaaajjjaaaaa! ¡sob! ¡sob!, me pusieron una pistola en la cabeza y me lo quitaron ¡aaahhhh! ¿Qué voy a hacer? ¡aaaahhhh!, ¿Qué voy a hacer?
-¡mira Daniel, primero ¡cálmate!, deja de llorar y llama a la policía, repórtalo  y dale gracias a Dios que no te ha pasado nada, - mamá trataba de consolarlo-
Aunque la policía llego, no se recupero el carro, el pobre de Daniel sin saber ¿Qué hacer? Pensó en tomar su ropa e irse de la casa, cuando de pronto vi como se cruzaba la calle mi vecino el Garrobo, sin tocar se metia hasta la recamara de Daniel y decía…
-¡hola!, ¡listo para irse Danielito!
-¡oiga!, ¿Qué hace en mi casa? ¡salgase!
-¡esperese!, escúcheme Danielito ¿quiere seguir viviendo aquí sin que nada malo le pase?
-¿Cómo dice? – extrañado Daniel, miraba al Garrobo parado junto a la puerta en actitud retadora-
-¿estas sordo?, ¿Qué si quieres seguir aquí, en esta casita, sin que nada malo te pase? Tu solo dime ¿quieres?
-¿Qué tengo que hacer? – pregunto Daniel un poco asustado-
-¡sencillo!, cierra los ojos, la bocota que tienes y tapa tu puerta. –dijo el Garrobo-
-¿o sea que ha sido usted…?-con su mano apuntaba hacia el pecho del Garrobo-
-¡sereno moreno!, fuiste tu por mirón, ¿acaso no te basta con ser un maricón, ¿tienes que estar viendo lo que no te importa?, dime ¿Qué viste cuando metimos a la cajuela al bato rejego?
-¡nada!, ¡le aseguro que no vi nada!,
-¿nada, ¿seguro?, ¿y antes de eso?... ¿has visto algo?
-¡no!, ¡nunca he visto nada!, ¡se lo juro!, ¡nada!
-¡bueno! Te voy a creer ¡eh!, pero cuidadito con abrir la bocota, porque te mueres ok. – y tal como llego sin invitación, se fue.
Daniel, se dejo caer en la cama, tenia miedo de quedarse y también de irse, salió hacia el patio y como de costumbre empezó a platicar conmigo.
-¿te diste cuenta?, es mi vecino el culpable de todo, ¡no se que hacer!, me quedare unos días para pensarlo bien.
Yo no quería que Daniel se fuera, era el único que platicaba conmigo, papá y mamá solo se preocupaban en atenderme, en ocasiones ni siquiera me sentía parte de la familia, Daniel era mi amigo y tenia que hacer algo para ayudarle, espere dia y noche, dia y noche, tenia que ser una ocasión muy especial, un momento adecuado, y… ese dia llego.
Al filo de la medianoche, el Garrobo, salió en bata de dormir, cruzo la calle y empezó  a mirar por entre los vitrales de la puerta de Daniel, como que quería estar seguro de que Daniel, no se encontraba fisgoneando, estaba absorto en su búsqueda que poco a poco se acerco hasta donde yo  me encontraba, entonces recordé lo que había pasado la noche anterior,  mis hermanos habían accedido a escuchar mi petición de hablar en el consejo de ancianos, a media noche  muy sigilosamente llegue, todos me miraron con curiosidad, no era común que uno de mi edad hiciera esa petición…
-¿Qué es lo que deseas decir?, - pregunto el mas anciano.
- ¡necesito ayudar a un amigo!, - contesto-
-¿y? ¿Por qué nos dices eso? Si quieres hacerlo, hazlo, no necesitas nuestro permiso.
-pero ¡es que no se como hacerlo!, por favor escúchenme.
-¡esta bien, te escuchamos, pero recuerda que tenemos que terminar con esto antes de que el gallo cante anunciando el nuevo dia.
-se trata de mi amigo Daniel… - breve, pero sin perder ningún detalle importante les expuse  el problema de mi amigo y vecino, al terminar los ancianos se miraban un poco preocupados.
-sal del circulo, y espera un poco,- sin decir palabra lentamente me aleje un poco, los minutos se hicieron eternos pero al fin me llamaron.
-¡ven, acércate!- regrese sobre mis  pasos y me  coloque  de nuevo en medio del circulo.
- tienes que servir de instrumento para terminar con esa vida.

-¿qué?,¿Cómo? ¿de que?
- hemos hablado con el dador de vidas y se nos ha concedido el permiso para llevar esa criatura a otro nivel, tu serás el encargado de hacerlo, esperaras pacientemente a que el dador de vidas te lo entregue y entonces lo harás, ahora ¡vete!, el gallo ha cantado.
…Ahora, Garrobo, se encontraba justamente cerca de mi,  era el momento que estaba esperando, seguramente que el dador de vidas estaba entregándomelo, lentamente moví  una rama, obligando a Garrobo,  a caminar un poco mas, después sin pensarlo dos veces clave  otra de mis  ramas en el pecho de Garrobo, reclamando su alma para el dador de vidas, había salvado a mi amigo Daniel de la maldad de Garrobo, nadie podría culparme de salvar a mi amigo, nadie me haría nada, porque solo  soy un árbol.

CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD, ES PURA COINCIDENCIA, PERO RECUERDEN QUE EL "VALIENTE" VIVE HASTA QUE EL "COBARDE" QUIERE JA JA JA JA JA